sábado, 5 de noviembre de 2011

Verdades


El lunes vi La voz dormida. Me ha sorprendido. Pero, no exactamente la película. Al verla, me han sorprendido las críticas que antes había escuchado sobre ella. Sólo esperaba sectarismo, maniqueísmo, manipulación, “ogros y princesas”… En fin, falta de verdad.

Hay dos tipos de veracidad en una película como esta. Una es la de la fidelidad al texto en el que se basa y otra la de la veracidad de la historia en la que ambos texto y película se asientan.

Aunque cuando se trata de arte poca veracidad es exigible, quizá sea comprensible que el público pida que la película que adapta una novela previa no defraude a sus lectores. Benito Zambrano cumple esa petición. Ha tomado de la novela de Dulce Chacón los episodios más relevantes, los que giran alrededor de la muerte de Tensi, prescindiendo de la vida de Pepita sin su hermana, que ocupa la tercera y última parte del texto. Pero, aunque no recorra con la cámara todo el relato, no creo que nadie que haya leído la novela deje de reconocer en la película su rastro. Allí están los mismos personajes y las mismas situaciones.

Admitida la fidelidad al texto, sólo les quedaría a los críticos cuestionar la veracidad de la historia que narra. Y ahí es donde creo que está el quid de la cuestión. Algunos creen ―o quieren hacer creer que la película cuenta una exageración. Pero eso no es verdad. Lo que ocurre en la pantalla es una muestra de lo que ocurrió en la España de Franco en esos años de la guerra y la posguerra: cárcel, fusilamientos, torturas, desvalimiento ante la ley, complicidad de la Iglesia, dictadura, muerte. Y ogros, muchos ogros.

Por eso no me ha sorprendido la película y sí solo las críticas que más allá de sus aspectos artísticos (sublime, por cierto, María León) había escuchado sobre ella.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

Recuperado un manuscrito sobre la Guerra de la Independencia en Extremadura


De muy relevante debe calificarse la publicación de Sucesos históricos de la capital y pueblos de Extremadura en la revolución del año de mil 1808, última entrega de la “Serie Rescate” de la Editora Regional de Extremadura. Se trata de un manuscrito, inédito hasta ahora, del fraile dominico Laureano Sánchez Magro, editado y anotado por Isabel María Pérez González y Fernando Pérez Fernández.

Sabía de la existencia del texto sólo por alguna mención a él en estudios anteriores de Isabel María Pérez, ya que los principales bibliófilos extremeños lo desconocían. Su padre, el escritor Fernando Pérez Marqués, lo conservaba entre sus papeles y libros con la intención de que pudiera ser publicado en el bicentenario de los hechos históricos a los que alude. Autora de varios estudios sobre Carolina Coronado y reconocida experta en el siglo XIX pacense, Isabel María Pérez ha cumplido con el deseo paterno y, además, lo ha hecho dándole cierto aire de compromiso de familia, ya que le acompaña como coautor de la edición su sobrino Fernando Pérez Fernández hijo del fallecido Fernando Pérez González a quien amadrina en las lides de la investigación.

El manuscrito de Sánchez Magro es un relato coetáneo de los principales acontecimientos de la guerra contra los franceses en Badajoz y sus pueblos. Aunque el original no es una excelsa muestra literaria, sus insuficiencias se compensan como señalan sus editores “con la pasión de lo vivido, la frescura de lo inmediato (y) la sinceridad de lo espontáneo”. En cualquier caso, es la veracidad y no el goce estético lo que pretendía el fraile dominico. En este sentido, resultan especialmente interesantes el relato de hechos como los que condujeron al linchamiento del conde de la Torre del Fresno, a finales de mayo de 1808; la reivindicación de la conducta del vecindario de Badajoz durante el sitio a que fue sometido por los franceses en febrero y marzo de 1811; la censura del comportamiento del general Ymaz tras la muerte del general Menacho; los atroces desmanes provocados por los ingleses en el saqueo de la ciudad de abril de 1812…

Laureano Sánchez Magro, nacido en Zafra en 1776, era un dominico que dio algún bandazo ideológico durante su vida. A pesar de las opiniones filoabsolutistas en este texto, escrito en 1817-1818, apenas tres años después -durante el Trienio Liberal- se expresó como partidario de las ideas liberales y como tal fue procesado al comienzo de la Ominosa Década. Es una pena que no se hayan conservado documentos que expliquen de manera más clara a qué se debió esta transformación ideológica, que por lo abrupta suscita muchas dudas.

Especial interés tiene el texto para la historia de Zafra de esos años. Quizá por ser el autor natural de esta villa o por el indudable protagonismo que tuvo en algunos de los hechos relatados, Zafra es mencionada en varias ocasiones, ofreciendo datos desconocidos hasta ahora, como los de una incursión francesa “vigilada” por el pueblo:

Algunos de los franceses de la guarnición de Fuente del Maestre se presentaron en Zafra el día dos de abril [de 1809] con el objeto de pedir raciones. Dirigidos a la casa del juez, los siguió un inmenso pueblo inspeccionando sus acciones. Los enemigos llenos de terror, ansiaron el momento de salir de la villa sin esperar los artículos pedidos, ni atreverse a volver a ella.

Desgraciadamente la única hoja que le falta al manuscrito es la siguiente al relato de la captura y fusilamiento en Zafra del capitán José Asensio y su partida, a finales de enero de 1812. Es posible que esa hoja perdida iluminara un poco más unos hechos aún oscuros en Zafra, como el conjunto de esta obra gracias al rescate de Isabel María Pérez González y Fernando Pérez Fernández ilumina un poco más la historia de la guerra contra los franceses en Extremadura.