miércoles, 30 de enero de 2008

El listado de víctimas de Llerena


Anónimo dijo...
Creí morirme de vergüenza en un homenaje que en Llerena se hizo, en su cementerio, a los 330 asesinados en la llamada guerra civil...
Entre los nombres de los asesinados aparecía uno de alguien que, en la lápida de una tumba cercana al homenaje, constaba que murió por Dios y por España, en la misma fecha que en el monumento de los de la memoria histórica, en donde también estaba incluido, como víctima. Investigo y me entero que efectivamente murió como nacional, por Dios y por España... Pero mi asombro va en aumento cuando, perro viejo y cotejador de listas de asesinados veraces republicanos, y gente víctima de los franquistas, verifico que a lo menos cuatro franquistas más están en ese monumento que presuntamente hace constar las víctimas del genocidio franquista en Llerena...
Y es claro, como ese asunto parece que lo llevaron gentes "parciales" y hasta hace poco desmemoriada, y habiendo recuperado la memoria para efectos electoreros, pues se comenten esos errores que ponen armas en manos de los denigradores del genocidio por aquellos años.
Y eso fallos no se pueden cometer. Hay que ser rigurosos, serios y respetuosos.Y no digo más. Que los muertos, muertos son y lo sufren todo.
Al leer esta nota sobre el bueno de Gordillo recuerdo la anterior entrada y sus trabajos rigurosos. Él no confunde, no.



Este comentario, publicado el 1 de junio de 2006, con ocasión de una entrada en este blog acerca del sindicalista y “trabajador de la memoria” Cecilio Gordillo, es el motivo de un correo que me envía Ángel Olmedo, uno de los responsables de ese listado de víctimas de Llerena donde el comunicante anónimo advierte tales errores.

Tras excusarse por no haber reparado antes en ese comentario, Ángel me dice:

Me gustaría conocer cuáles son esos nombres que dice este "anónimo". En el listado hemos puesto todos los que murieron a consecuencia de la ocupación de Llerena y la posterior represión (no sólo a los "rojos", pues además, comprobamos que personas de "orden y de derechas" murieron por la entrada en tromba de los rebeldes en Llerena, que no distinguieron en los primeros momentos entre unos y otros). También hemos comprobado que personas asesinadas por los rebeldes se inscribieron como muertos por "las hordas marxistas". Además, como señala también F. Espinosa, no hubo muertos de derecha a consecuencia de la represión republicana en el periodo previo a la ocupación (a pesar de lo que diga Casalá y algún otro)

Creo que sería bueno que el anónimo se explicara y además que, quien cuente con algún dato que aportar a este asunto, lo haga.

domingo, 27 de enero de 2008

Demagogia





Zapatero anuncia que devolverá 400 euros a los contribuyentes

demagogia.
(Del gr. δημαγωγία).

1. f. Práctica política consistente en ganarse con halagos el favor popular.

2. f. Degeneración de la democracia, consistente en que los políticos, mediante concesiones y halagos a los sentimientos elementales de los ciudadanos, tratan de conseguir o mantener el poder.


viernes, 25 de enero de 2008

11 y 11


Cada vez que miro la hora en un reloj electrónico y veo 11.11 me entra un escalofrío.

(por cierto, ¿qué significa JIJ VECHT TEGEN ONAECHT?)



domingo, 20 de enero de 2008

Bobby



Los griegos decían que idiota es el que no se interesaba por la polis, por la política, pero Bobby Fischer reinventó el término y sostuvo que idiota es quien no se interesa por el ajedrez. Cuando Fischer le ganó el campeonato del mundo de ajedrez a Boris Spassky, el 31 de agosto de 1972, en Reykjavik, yo tenía apenas 11 años. Después supe que aquello no sólo fue una victoria ajedrecística sino también una jugada más en el ajedrez de la guerra fría entre EE.UU y URSS. Pero entonces esas partidas de Islandia nos metieron a muchos el gusanillo del ajedrez en el cuerpo.

Nunca he sido un buen jugador de ajedrez, pero sí un mediano aficionado. Y, como casi todo lo que me gusta en la vida, con ciertos rasgos obsesivos. Días después de aquel campeonato, la editorial Bruguera editó un libro con todas las partidas de lo que se llamó match del siglo. Lo compré tres años después en una feria de Zafra junto a otros catorce libros de ajedrez a mitad de precio (me gasté 500 pesetas de entonces). En esa pila de libros se apoyó mi afición. En ella y en la sugestión provocada por Ruy López de Segura, nacido en Zafra en el siglo XVI, creador de la apertura de su nombre y reconocido como el oficioso primer campeón del mundo de ese juego. Pero algo hizo también
Bobby Fischer.

El otro día murió loco en la ciudad que le dio la fama. Tenía 64 años: el mismo número ―alguien lo ha recordado― de casillas del tablero.

martes, 15 de enero de 2008

Nuevo libro de Francisco Espinosa



Francisco Espinosa (Villafranca de los Barros, 1954) acaba de editar un nuevo libro con el que prosigue su labor investigadora sobre la II República y la Guerra Civil. En este caso se trata de un estudio sobre la Reforma Agraria y las ocupaciones de tierras en Badajoz durante la primavera de 1936. Es el texto de su tesis doctoral, con el que obtuvo el grado de doctor en Historia en la Universidad de Sevilla. Y le escribe el prólogo quien le dirigió ese trabajo de investigación, Antonio-Miguel Bernal.
Si en otras de las recientes entregas historiográficas de Espinosa su atención ha estado puesta más en los desastres de la guerra y en la crueldad de la represión que en el sur ejercieron los facciosos, ahora sitúa su atención en los precedentes: la amenaza que para los terratenientes supuso la determinación campesina de ocupar tierras para cultivarlas en la primavera de 1936. Porque la motivación de los que provocaron la guerra civil, más allá de alharacas nacionalistas o religiosas, fue hacer frente a quienes ponían en peligro sus privilegios. Es significativa la comparación entre las listas de propietarios de fincas incautadas con la de dirigentes de la Nueva España de Franco y esclarecedora también las de los dirigentes campesinos y los fusilados en las tapias de los cementerios. En la herida de la reforma agraria -herida para unos cuantos y que provocó después la muerte de muchos- ahonda el autor de este libro con la decisión y rigor a que nos tiene acostumbrados. Con este nuevo título, Espinosa consolida su trayectoria como uno de los principales investigadores del período 1930-1940 en España.
La primavera del Frente Popular se presenta mañana miércoles 16 en Cáceres a las 20 h. (Salón de actos del Colegio Mayor "Francisco de Sande", Plaza de Pereros, 2). En el acto intervendrá el catedrático de historia contemporánea de la Universidad de Extremadura, Juan García Pérez. Al día siguiente, 17 de enero, se presentará en Badajoz (20 h. Salón de Actos del MEIAC C/ Virgen de Guadalupe, 6) por el catedrático de historia económica de la Universidad de Salamanca, Ricardo Robledo.

domingo, 13 de enero de 2008

iJam


Juan Gallardo, un amigo de Barcelona, me incluye en uno de esos envíos masivos de bromas y chorraditas que circulan por Internet. Casi siempre que me manda algo merece la pena y en esta ocasión tampoco me ha defraudado.

iJam es el nombre de un producto virtual ideado por la empresa de publicidad SHACKLETON como felicitación navideña para sus clientes. El producto simula uno de Apple. En fin, urgad en la
web porque no tiene desperdicio. ¡Nunca mejor dicho!

sábado, 12 de enero de 2008

En la muerte del poeta Ángel González


La poesía también es, en cierto modo, pasión de enamorado. Al menos ese fue mi caso. Empecé a gustar los versos cerca del corazón. Salinas y La voz a ti debida ocuparon durante meses las lecturas de novios, allá por 1978. Pura adolescencia. Pero poco después fue Ángel González quien ejerció de oráculo, invocado al oído de alguna chavalilla. Me suena a frivolidad reducir la obra de este poeta mayor a sus poemas amorosos, como el bellísimo “Me basta así”. Es también un poeta moral (“Introducción a las fábulas para animales”), un poeta político (“Elegido por aclamación), y hasta metafísico, como en “Glosas a Heráclito”, máximo ejemplo de otro de sus rasgos: el humor. Precisamente la cuarta de esas glosas, titulada “Interpretación del pesimista”, es uno de esos textos clave que me han acompañado siempre:

Nada es lo mismo, nada
permanece.
Menos
la Historia y la morcilla de mi tierra:

se hacen las dos con sangre, se repiten.

Me acabo de enterar que Ángel González ha muerto esta madrugada. Y me llegan al recuerdo de golpe todos sus poemas releídos. Pero, como fue un poeta de mi adolescencia, quiero que sea uno especialmente ―en el que nos veíamos tan reflejados entonces― el que acompañe a estas palabras escritas en su memoria.


Inventario de lugares propicios al amor

Son pocos.
La primavera está muy prestigiada, pero
es mejor el verano.
Y también esas grietas que el otoño
forma al interceder con los domingos
en algunas ciudades
ya de por sí amarillas como plátanos.
El invierno elimina muchos sitios:
quicios de puertas orientadas al Norte,
orillas de los ríos,
bancos públicos.
Los contrafuertes exteriores
de las viejas iglesias
dejan a veces huecos
utilizables aunque caiga nieve.
Pero desengañémonos: las bajas
temperaturas y los vientos húmedos
lo dificultan todo.
Las ordenanzas, además, proscribe
la caricia (con exenciones
para determinadas zonas epidérmicas
―sin interés alguno―
en niños, perros y otros animales)
y el “no tocar, peligro de ignominia”
puede leerse en miles de miradas.
¿A dónde huir, entonces?
Por todas partes, ojos bizcos,
córneas torturadas,
implacables pupilas,
retinas reticentes,
vigilan, desconfían, amenazan.
Queda quizá el recurso de andar solo,
de vaciar el alma de ternura
y llenarla de hastío e indiferencia,
en este tiempo hostil, propicio al odio.






lunes, 7 de enero de 2008

La historieta de la guerra


Acabo de leer el primer volumen de 36-39 Malos tiempos, la historieta de Carlos Giménez que me trajeron ayer los Magos de Oriente. La incursión del autor de Paracuellos o de Barrio en la guerra civil me ha dejado una sensación agridulce.

El dibujo es magnífico, expresivo y detallista, como todos los suyos, y el enfoque general es muy acertado. Desdeña las grandes fechas y la óptica de la historia oficial de generales y políticos y se inmiscuye en la intrahistoria, en la vida diaria de la gente común, en cómo vivió la gente normal los desastres de la guerra.

Lo que no me ha gustado es que adopte la terminología del bando franquista para denominar a las dos zonas (zona nacional y zona roja); que caiga en tópicos manidos por la más rancia historiografía (como decir que se mató más por venganza personal que por ideología), y que cometa alguna incongruencia, como poner en boca de un obrero socialista un grito tan poco creíble como ¡Viva la democracia liberal, ¡Viva la izquierda popular y obrera! ¡Viva el gobierno legítimo de España! ¡Abajo el Fascismo! Demasiados vítores para haber sido proferidos por la misma persona.

Aunque Giménez hace gala de cierta equidistancia, que se advierte desde la misma portada, donde recrea la escena de la detención de una persona por soldados republicanos, su posición ante la guerra pretende aclararla al poner en boca de Marcelino, un obrero de Izquierda Republicana que es su trasunto en la historieta, esta frase: Todos los muertos… ¡Los de los dos bandos! ¡Que se los apunten a los que empezaron esta maldita guerra! ¡Ellos son los responsables de todos los muertos!

36-39 Malos tiempos es, no obstante, un hito en el comic español de los últimos años y una magnífica muestra del arte de su autor. Me temo que lo he leído sin poder olvidarme de mi condición de historiador. Espero poder educar mi gusto en los tres próximos volúmenes que completan la serie.

sábado, 5 de enero de 2008

La demora en las contestaciones


No escribo aquí desde hace semanas. Y es que de vez en cuando hay que demostrarle a la bestia quién es el que manda. La bestia es Internet, los correos electrónicos, los sms y la madre que los parió (porque la paternidad, y la de la defensa del medio ambiente, se la atribuye Gore).

La inmediatez con la que ahora uno comunica con los otros a través de los nuevos medios tiene un aspecto bueno y evidente, pero también otro malo: la inmediatez que se exige en la respuesta. Hace unos años te mandaban una carta un día y te llegaba cuatro días después. Mientras la abrías y la leías se había ido el fin de semana. Entonces, con suerte, respondías. Y el otro ―o la otra― recibía la contestación casi a las dos semanas de escribir la primera misiva. Y no pasaba nada. Nadie te acusaba de malqueda ni de descuidado.

Con el teléfono ocurría lo mismo: primero te tenían que localizar, después tenías que ponerte. A veces la respuesta era inmediata pero no era tampoco extraño que entre una cosa y otra pasaran horas o, a veces, días. Tu respuesta se demoraba el mismo tiempo, de tal forma que el bucle de la comunicación se cerraba bastante después de haberse iniciado. Ahora te llaman la atención si no contestas en horas a un correo electrónico y pasas a ser una mala persona si no devuelves inmediatamente una llamada perdida o un sms.

Por eso no viene mal enfadarse de vez en cuando con Internet, con el correo electrónico o con el blog ―con el teléfono no me atrevo― y demorarse en las contestaciones.