lunes, 28 de agosto de 2006

Enterrar a los muertos


Ignacio Martínez de Pisón es un novelista y ha publicado Enterrar a los muertos (Seix Barral, 2005), que no es una novela: es un libro de historia muy bien escrito. Estamos tan poco acostumbrados a leer páginas de historia bien escrita que cuando damos con ellas creemos que es un género distinto.

Por eso tras esta lectura reitero lo que una vez comenté a Santos Domínguez: como los historiadores no espabilen, la historia la van a escribir los novelistas. Y a mí no me parece mal, sobre todo si es tan minucioso y brillante, si escribe con tanto rigor, como el autor de este libro.

La historia, gracias a él, ya es conocida: el profesor republicano José Robles Pazos, amigo y traductor de John Dos Passos, desaparece en la Valencia de 1937. Y Martínez de Pisón investiga hasta concluir que fue asesinado por los servicios secretos de Stalin para evitar o castigar la revelación de algún secreto. Su propuesta es convincente, aunque algún escritor ahora ultraliberal lo haya querido atraer —sólo por eso— a su redil y alguna estalinista confesa haya pretendido empujarlo hacia allí.

Quien no es ni lo uno ni lo otro debe alegrarse -y si es historiador, aún más- de que esos sucesos de la retaguardia republicana abandonen también el silencio al que sólo un mal entendido antifranquismo había sometido. Y que además lo hagan con la palabra precisa y limpia de fidelidades totalitarias de escritores como Ignacio Martínez de Pisón.

domingo, 27 de agosto de 2006

La materia del sueño


El escritor se convierte en editor gracias al blog y puede conocer la reacción inmediata del lector ante sus textos. Esa es la principal novedad de esta especie de diario cibernético. De eso hablaba el otro día con Juan García Gutiérrez, uno de mis antiguos maestros de escuela, hoy catedrático —ya jubilado— de Latín.

Autor del estudio y traducción de un poema latino de interés para la historia del sur de Extremadura (Zafra y los demás pueblos del Ducado de Feria celebrados por Enrique Cock, 1976) y de un libro sobre artículos y ensayos (De la Vida a la Teoría, 2001), Juan nació en Aceuchal, donde los fascistas asesinaron a su padre —Eloy García Guerrero— hace ya casi setenta años, el 10 de septiembre de 1936.

Esa muerte le ha modelado la conciencia hasta convertir la denuncia del franquismo y la reivindicación de la memoria histórica en algunas de sus principales preocupaciones intelectuales y vitales. Puede haber quien piense que esos intereses casan mal con el perfil de un antiguo seminarista y experto en Latín, que se divierte escribiendo odas sáficas, que mantiene en Internet una
web sobre Zafra en la lengua de Roma y que frecuenta las revistas especializadas con artículos sobre la obra poética de Rubén Darío, Juan Ramón Jiménez o Miguel Hernández. Quienes le conocemos sabemos que no hay contradicción entre su apariencia apacible, sus gustos clásicos y la palabra rotunda con que escribe de la memoria.

Ahora ha abierto un blog: La materia del sueño.

sábado, 26 de agosto de 2006

Una lección de historia


Mis lecturas de este mes de agosto, aunque elegidas de forma fortuita —dos préstamos, una compra casual y un regalo—, tienen algo en común, además de la guerra civil: el escaso hueco que dejan a la ficción a pesar de no ser, salvo una, literalmente obras de historia. En los cuatro libros leídos los personajes son reales y el argumento es real —como ocurre, más o menos, en cualquiera de historia—, pero hay narración literaria, como en casi todas las novelas. Algunos son libros de historia y otros pertenecen a ese género híbrido, mitad novela mitad ensayo, que uno de esos autores ha llamado novela verité. Si hubiera que ordenarlos desde el ensayo histórico a la narrativa, la lista sería ésta: Escondido de Ronald Fraser (Crítica, 2006), Enterrar a los muertos de Ignacio Martínez de Pisón (Seix Barral, 2005), Muertes paralelas de Fernando Sánchez Dragó (Planeta, 2006) y Los girasoles ciegos de Alberto Méndez (Anagrama, 2004).

Los comentaré uno a uno en artículos distintos, pues —aun siendo la mayoría magníficos— alguno no merece mezclarse con los otros.

Fraser es un historiador conocido por su clásico Recuérdalo tú y recuérdalo a otros (1979), principal obra de historia oral de la guerra civil. Escondido relata el calvario de Manuel Cortés, alcalde socialista de Mijas, que estuvo treinta años de “topo” en su casa por miedo a la represión franquista.

Casi lo primero que debe decirse es que Escondido no es un libro nuevo. Fue publicado por primera vez en España en 1986 por la valenciana Institución Alfons El Magnánim y antes, en 1973, había aparecido en México la primera reedición en castellano del original inglés In Hiding: The Life of Manuel Cortes, de 1972. Sorprende que la edición de Crítica, siempre tan rigurosa en sus publicaciones, no aluda a esta circunstancia y haga pasar por novedad un libro que tiene más de treinta años.

Como la editorial quiere que sea nuevo un libro reeditado no ha podido exigir al autor una explicación sobre la vida de Manuel Cortés desde su entrevista, a comienzos de los setenta, hasta que murió en 1991. Hubiera sido interesante conocer cómo Cortés, que fue durante los ochenta presidente del PSOE local, vivió esos casi veinte años de final del franquismo, transición política y gobierno socialista.

Fraser vuelca sus entrevistas a Cortés, a su mujer y a su hija, en un texto en el que cada uno de ellos habla en primera persona. Cuando lo leo no puedo evitar acordarme de mi amigo Maurizio Catani, antropólogo italo-francés fallecido el año pasado, que seguía un método de trabajo muy similar al de este historiador: dejar hablar a los testigos sin entrometerse, y exponer tal cual sus testimonios, si acaso evitando repeticiones.

El texto es magnífico. Por boca de otros, Fraser ha dado tensión narrativa al relato y al tiempo lo ha convertido en una lección de historia. Debería leerlo cualquiera que pretenda saber qué pasó en España de 1920 a 1970.

viernes, 25 de agosto de 2006

El atraso como estereotipo


A comienzos del mes de julio se hizo público el estudio La gestión empresarial en los años 2005 y 2006, elaborado por la consultora de comunicación Burson Marsteller para la Escuela de Negocios IESE de la Universidad de Navarra a partir de 1.000 encuestas cumplimentadas por empresarios españoles. En uno de sus apartados se preguntaba a los directivos cuál creían que era la comunidad autónoma con mayor previsión de crecimiento económico. La mayoría de las respuestas situaron en primer lugar a Madrid, seguido de Valencia y de Cataluña. Cerraban la lista Castilla La Mancha, Cantabria y —en último lugar— Extremadura.

La revista Actualidad Económica ha comentado en el número del 13 de julio pasado estos resultados, y los ha comparado con los datos reales de incremento del Producto Interior Bruto en 2005 por comunidades según el INE. El único acierto de los directivos es Madrid, pues en efecto es la comunidad que más creció (4%). Tanto Cataluña (3,3%) como la Comunidad Valenciana (3%), Navarra (3,1%) o Baleares (2,4%) -en los primeros puestos según la percepción de los empresarios- están por debajo de la media española (3,4%). Pero la segunda en crecimiento fue Extremadura (3,8%), que los empresarios habían creído que se situaba en el último lugar.


Extremadura proyecta o soporta una imagen general de atraso. Y en la mayoría de las ocasiones no es real. No quiere esto decir que todos nuestros problemas sean ilusorios, pero a veces la principal dificultad para superarlos es la imagen que tienen de nosotros.

jueves, 17 de agosto de 2006

Una fiera anda suelta


El azote de algunos escritores de éxito ya tiene, desde hace poco más de un mes, un sitio en Internet. La fiera literaria, un libelo de crítica literaria que hasta ahora y desde 1995 se editaba en papel y se recibía por correo, y que durante un par de meses en 2001 se hizo un hueco en las páginas de La Razón con el nombre de “El cubil de la fiera”, anda ya suelto por Internet:
http://www.lafieraliteraria.com/index.html

Con una nómina de críticos del llamado Círculo de Fuencarral del que forman parte nombres —sobre todo, seudónimos— como Artemisa Cruz, Mary Luz Bodineau, Manuel Asensio Moreno, Clandestino Domínguez o Manuel García Viñó, La fiera literaria —Boletín del Centro de Documentación de la Novela Española— viene poniendo a parir desde hace una década a algunos de los novelistas españoles más mediáticos (Javier Marías, Camilo José Cela, Antonio Gala, Juan Manuel de Prada, Lucía Etxebarría, Juan Luis Cebrián, Espido Freire, Elvira Lindo o Almudena Grandes, entre otros) y dando zurriagazos a El País, a editoriales como Planeta y a la mayoría de los premios literarios.

Practican un método de crítica que denominan “acompasada”, ya que al compás que leen una obra van señalando sus errores gramaticales, sintácticos, lógicos y estilísticos. Hay que reconocerles la contundencia de algunos comentarios, aunque pueda reprochárseles las formas, el anonimato —no a todos— y la que algunos consideran esterilidad de tanto empeño crítico sin alternativas. Lo que menos me gusta de ellos es que parece que no tienen abuela, como queda claro en este texto que forma parte de la presentación de su web:

Las críticas demoledoras de LA FIERA , el grito de “el rey está desnudo” al paso de una comitiva de memos encumbrados por los Prisa, los Planeta y otros afanadores, fue toda una acción política, una labor necesaria para poner a la crítica en su sitio, que me consta se ha sentido avergonzada por alabar, hasta el babeo, los brocados y piedras preciosas del manto de aquel rey en pelotas que era y es nuestra novelística más reciente. Hace ya diez años de aquello y continuamos. En nuestro haber de osados davides, algún que otro chichón al Goliat mediático.

miércoles, 16 de agosto de 2006

Las cabañuelas

Marzo será “pardo” y abril, con lluvias. Me lo dice Ricardo Murillo, Tarrete, agricultor, 85 años. Estos días está especialmente atento al cielo: sigue las cabañuelas, ese pronóstico popular que prevé el tiempo de los doce meses del año siguiente a partir del que hace en los doce primeros días del mes de agosto. En agosto está el secreto, de los doce meses completos, dice el refrán. De las muchas variantes de cálculo de las cabañuelas —casi cada sitio tiene un método— Ricardo sigue el que cuenta del 1 al 12 de agosto, cada día un mes, de enero a diciembre, y confirma el pronóstico del 13 al 24, también contando el año de cabo a rabo. Hoy es 16 de agosto y, según sus cuentas, corresponde a abril. Estamos, cómo no, en la puerta de Cayetano, donde hoy la tertulia es de edad, pues pronto se nos unen Antonio, de 88 años, antiguo guarda de RENFE, y otro Antonio, “el Andaluz”, transportista, de 78. Aunque hay veces que la conversación desvaría hacia las costumbres zoofílicas de alguno que pasa al lado —allá por el año 40 las gallinas y las burras debían tener una intensa actividad sexual—, mis contertulios me ilustran sobre todo acerca de las condiciones de vida de entonces: que si había quien recogía sacos de azúcar para apañarlos como vestimenta; que si había otros que esperaban la retirada de mercancías de fruta de los trenes para llevarse las piezas medio podridas; que si las alpargatas duraban un año, aunque estuvieran rotas; que si a las mujeres no le dejaban entrar en misa en mangas de camisa... Era una vida bonita, dice —a pesar de todo— uno de ellos. ¡No, de eso nada!, replica otro. Era una vida horrorosa, la que era bonita era la edad que teníamos. Ahora sí que se vive bien, aunque ya estemos en "onda corta". Cuando ya se han ido, llega Cayetano padre, 87 años, y pone la guinda: Hace mucho tiempo que nací. Hace tanto que ya ni me acuerdo. Risas. Me bastaría con la mitad de lucidez de cualquiera de ellos.

martes, 15 de agosto de 2006

Foros por la memoria histórica


Uno de los puntales en el proceso de recuperación de la memoria histórica sobre la república y la guerra civil es el de los foros o listas de discusión en Internet. Aunque a veces se vean sometidos al sabotaje de algunos francotiradores, permiten el intercambio de información en ocasiones valiosísima entre estudiosos. Son un instrumento muy interesante para completar cualquier investigación histórica. Con la colaboración de un amigo vasco, Jordi Pedrosa, que los frecuenta, he elaborado una lista con los más destacados de estos foros por la memoria.

Lista GCE de Tinet:
http://arxiu-llistes.tinet.org/mllistes/gce/current/welcome.html
Creado a finales de la pasada década por el profesor de informática Manuel Sanromá, que sigue moderándolo, este foro pertenece a Tinet, una mítica red ciudadana de Internet de Tarragona. Para participar en él hay que suscribirse, pero los mensajes pueden leerse libremente. En su momento fue el mejor de los foros, pero hoy ha perdido bastante y hay demasiados comentarios de índole armamentística o sobre la batalla del Ebro.
Lista Guerra Civil:
http://es.groups.yahoo.com/group/listaGCE/
Las deserciones en la lista de Tinet animaron la aparición de otros foros, como éste, creado y moderado por Pedro G. Bilbao. Tanto para participar como para leer los mensajes hay que estar suscrito.
Lista ALBA:
http://forums.nyu.edu/cgi-bin/nyu.pl?visit=alba&id=309477771
Es un foro en inglés, donde en ocasiones participa algún hispanista como Paul Preston. La lectura de los comentarios es libre, pero para hacerlos hay que estar suscrito y deben ir firmados sin seudónimos.
Foro para la Recuperación de la Memoria Histórica:
http://boards2.melodysoft.com/app?ID=ARMH
Es el foro de la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica impulsada por Emilio Silva y Santiago Macías. La lectura y la redacción de mensajes es libre, pero el foro está limitado al intercambio de información y no se permiten contenidos polémicos ni discusiones entre los participantes.
Foro GCE Historia Guerra Civil Española:
http://boards4.melodysoft.com/app?ID=forogce&do=chparms&PREVMAXMSGS=10&MAXMSGS=1000&ORDERBY=0
Este foro surgió a partir de la web
http://www.guerracivil1936.galeon.com/ de Ramón Puche Maciá. La aparición de comentarios filonazis recomendaron moderar los mensajes, pero al no poder hacerlo el propietario de la web se cerró el foro y se creó este nuevo vinculado a la web sobre la guerra civil en Euskadi http://es.geocities.com/gce_euzkadi/index.html de Jordi Pedrosa, Txema Prada y Alberto Bru.
Foro por la Memoria. Historiadores e Investigadores:
http://boards4.melodysoft.com/app?ID=FM_historiadores
Es un foro de intercambio de información relacionada con la memoria histórica dirigido a historiadores e investigadores. Está vinculado a la web Foro por la Memoria, cercana al Partido Comunista de España:
http://www.nodo50.org/foroporlamemoria/inicio.htm Hace pocas semanas ha sido cerrado el foro que con carácter general también mantenía esta web.
Foro La Guerra Civil española:
http://guerracivil.forumup.es/
De reciente creación, este foro es el único que tiene organizados los mensajes en bloques temáticos (personajes clave, batallas, armas, etc.).

lunes, 14 de agosto de 2006

El humo


Vuelvo del fuego. El viaje estival de este año estaba previsto como un periplo celta (desde la Beturia Céltica a Galicia y el norte de Portugal, principal territorio celta de la península) pero ha acabado convertido en una incursión al centro de la hoguera. En Santiago parecía que iba a arder la catedral. Y camino de Portugal atravesamos la AP-9 con el asfalto acosado a ambos lados por el fuego. Todo el monte gallego está ardiendo. Y la razón de tanto fuego no puede estar ni en la casualidad (cristalitos brillantes entre la hojarasca no retirada), ni en la locura (cuatro idos con un mechero). La razón aquí no es la sinrazón. Hay reflexión y método tras este desastre, mucho hijo de puta organizado y algún hijo de puta dirigiéndolo, que contempla el humo dando bocanadas a un habano humeante.

lunes, 7 de agosto de 2006

El piricuto


Los que nacimos en ese barrio siempre le hemos llamado el piricuto y presidió durante años nuestras correrías de infancia. Después supimos que era el monumento que glorificaba la memoria de unos y sometía al olvido la de otros, y con ellos los crímenes cometidos a la entrada en Zafra de los militares de Franco, hace hoy setenta años. La Junta Directiva de la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica “José González Barrero” ha remitido al Ayuntamiento de Zafra un texto en el que pide el desmantelamiento de este obelisco.

Han pasado ya setenta años desde el inicio de la Guerra Civil. Setenta años desde que, el 7 de agosto de 1936, las tropas sublevadas del comandante Castejón entraran en Zafra y se vivieran los momentos más trágicos de nuestra historia. En los días y semanas siguientes a la toma de la ciudad más de ciento setenta mujeres y hombres murieron asesinados por el único delito de pensar de forma distinta que sus asesinos; más de ciento setenta hombres y mujeres de un lado asesinados en Zafra sin que nadie del otro lado lo hubiera sido antes.
En macabra conmemoración de esos hechos se levantó enfrente de la Plaza de Toros, en el mismo lugar por donde entraron las tropas, un obelisco de piedra con tres placas que sólo recordaban la entrada en la ciudad de los militares y que olvidaban mencionar el espanto generado a partir de entonces. Durante estas siete décadas los familiares de quienes fueron asesinados ese día han aguantado a veces las lágrimas al pasar por allí. Setenta años después el obelisco sigue en el mismo sitio, aunque con el tiempo hayan desaparecido las placas conmemorativas y algunos ya ni siquiera sepan los motivos por los que fue erigido.
La Junta Directiva de la Asociación de Recuperación de la Memoria Histórica de Zafra “José González Barrero” solicita al Excmo. Ayuntamiento de Zafra que termine la tarea que el tiempo ya ha iniciado y ordene el desmantelamiento de ese obelisco, conmemorativo de una época y unos hechos que no merecen homenaje alguno. Pedimos que, en la próxima remodelación de ese espacio, el obelisco no permanezca en ese lugar y sea trasladado adonde nunca más pueda deshonrar a las víctimas del franquismo en Zafra; adonde, si acaso, sólo sirva para no perder la memoria sobre tanta historia de oprobio.

martes, 1 de agosto de 2006

Norte


Uno, al revés que Álvaro Valverde, se va en verano al norte, quizá para no perderlo después durante el año. Llevo algo de lectura (Sándor Márai, Ignacio Martínez de Pisón y Ronald Fraser), una libreta, el waterman y buenas intenciones. Voy —me llevan— en medio de la grey (cuatro adultos y tres niños) al filo del mar. Supongo que las piedras de este río no asomarán en un par de semanas, aunque no descarto algún apunte en ocasión señalada. ¡Abur!