miércoles, 22 de febrero de 2006

El rastro extremeño de Casaldáliga


“Poesía necesaria como el pan de cada día”. Con estos versos de Gabriel Celaya comenzaba su carta pastoral de 2006 Pere Casaldáliga, obispo católico, ya emérito, de la diócesis brasileña de São Félix do Araguaia.

Casaldáliga (Balsareny, Barcelona, 1928) es uno de los principales representantes de la teología de la liberación, y su radicalidad de ideas sociales no sólo le ha llevado al ostracismo dentro de la Iglesia de Roma sino a arriesgar su vida, varias veces en peligro por culpa de algunos terratenientes brasileños. Santos Domínguez le dedicaba un comentario en su blog el 12 de mayo del año pasado al referirse a las Memorias del Mato Grosso, libro de viajes de la cacereña Mónica Sánchez Lázaro en el que uno de los protagonistas es el obispo catalán.
Pues bien, este fraile claretiano, pobre e insurrecto, es también poeta y tiene publicado un puñado de libros, el primero de los cuales —Palabra Ungida— se editó (1955) en Extremadura, concretamente en Zafra, donde vivió varios años estudiando en el Teologado Claretiano del convento de El Rosario. Casaldáliga fue integrante del grupo de poesía mística surgido alrededor de la revista zafrense Ángelus, uno de cuyos números se dedicó a sus versos. Ángelus es una rareza en la literatura extremeña de los cincuenta y aún espera un estudio completo que amplíe los datos aportados hasta ahora sobre ella por Ángel Martín Sarmiento, Fernando Pérez Marqués y Manuel Simón Viola. Sería magnífico leer una reedición de todos sus números.

martes, 21 de febrero de 2006

Los recuerdos de Baroja


Acabo de leer La guerra civil en la frontera —los recuerdos de guerra de Pío Baroja— y me ha defraudado. Esperaba más de este último volumen, hasta ahora inédito, de las memorias barojianas. Y mi crítica no se refiere sólo a lo que cuenta —de escasa relevancia, a veces erróneo y con sus típicos comentarios racistas— sino a cómo lo dice. El texto es confuso, desordenado, impreciso, repetitivo y, en fin, —¿por qué no decirlo?— está mal escrito. Creo que estos recuerdos sólo tienen el interés de ser de quien son.

miércoles, 15 de febrero de 2006

Elecciones

Recuerda hoy el maestro Fontana que entre 1836 y 1931 se celebraron en España cerca de 50 elecciones generales que ganó siempre el gobierno que las convocaba. A partir de ese año sólo se ha roto la pauta -y ha perdido el gobierno unas elecciones generales- en cinco ocasiones:

- La primera, en noviembre de 1933. Gobernaba la izquierda y ganó la derecha. No pasó nada.
- La segunda, en febrero de 1936. Gobernaba la derecha y ganó la izquierda. Golpe de Estado y guerra civil.
- La tercera, en octubre de 1982. Gobernaba la derecha y ganó la izquierda. No pasó nada, quizá porque ya había pasado (23 F).
- La cuarta, en marzo de 1996. Gobernaba la izquierda y ganó la derecha. No pasó nada.
- La quinta, en marzo de 2004. Gobernaba la derecha y ganó la izquierda.
Desde entonces los hay (¡ay!) con ganas de que pasen cosas.

domingo, 12 de febrero de 2006

La ideología de Manuel Machado


Compro todos los domingos la colección de libros sobre la Guerra Civil que publica desde hace meses El Mundo. Lo hago más por afán coleccionista de lo que se edita sobre la contienda que por interés específico en la obra. Aunque tiene un diseño atractivo y buena parte de las fotografías son inéditas, su valor no excede lo divulgativo, la mayoría de los textos están escritos por periodistas —no por historiadores— y la orientación general no me parece acertada. Entre otras cosas, me repele que a estas alturas se siga utilizando el término “nacionales” para referirse a los sublevados.

En uno de los últimos volúmenes se incluía una breve biografía de Manuel Machado y se aludía a sus avatares en Burgos en julio de 1936, cuando le sorprendió el golpe de Estado durante una visita que hacía a una cuñada monja. La periodista que firma el texto señala la reconversión ideológica —quizá forzada— del poeta a partir de entonces, pero comete varios deslices: duda de su encarcelamiento —desvelado ya hace tiempo por Miguel D´Ors y confirmado desde que, en 2001, Isaac Rilova Pérez publicara su Guerra Civil y violencia política en Burgos (1936-1943)—; sostiene que “su adhesión al bando rebelde tras el 18 de julio condenó a Manuel Machado al olvido de la historia de la literatura”, lo que es una notoria falsedad, y omite su trascendental viaje a Colliure al enterarse de la muerte de su hermano Antonio.

En cualquier caso, el artículo me ha recordado la hipótesis de Andrés Trapiello, que dudaba de la sinceridad de los cambios ideológicos de Manuel Machado y aventuraba que el extraño poema “Voyou” (granuja, en francés), publicado en 1943, tras el famoso soneto dedicado a Franco (“la sonrisa de Franco resplandece”), era una invectiva en clave contra el dictador:

Ahí está...
su mirada
no es una espada, pues
se oculta y, empalmada,
la ves y no la ves; pero
de acero
es. Brilla dura y cobarde,
despiadada.... No arde.
ahí está...
Blanco... No
lo vio apenas el día
Su mano (garra) es fría.
Lo peor de todo es que sonría...
Donde lo encuentres, átalo.
No habiendo tiempo, mátalo.

Trapiello planteó la hipótesis en su antología del poeta (1993), en la primera edición de Las armas y las letras (1994) y en un artículo en El Pais del 19 de enero de 1997, pero fue parado en seco por Rafael Alarcón Sierra en el mismo periódico el 2 de marzo de ese año, al informarle éste que “Voyou” se había publicado por vez primera en 1929 y, por tanto, nada tenía que ver con el general. Trapiello reconoció su error y agradeció el dato, pero en la nueva edición de Las armas y las letras (2002) siguió insistiendo en su idea.

Una polémica más al hilo de la controvertida ideología de Manuel Machado, superficialmente abordada en la colección sobre la guerra civil de El Mundo.

viernes, 10 de febrero de 2006

El artista


Le agradezco que inventara la modernidad en este mundillo y abriera la poesía a la prosa, que dijera que el poema es el libro y no cada una de sus piezas, que hiciera un único viaje y regresara.

Agradezco a Baudelaire no su dandysmo ni sus paraisos artificiales —ni siquiera el odio al general Aupick—, sino esta fotografía y esa mirada.
[Baudelaire por Carjat, 1861]

domingo, 5 de febrero de 2006

Sargadelos: empresa y cultura


Ida y vuelta a Santiago de Compostela en apenas dos días, pero con tiempo para comer en O Dezaseis y cenar en El Pasaje. Un buen anfitrión, Victor Belho, y un buen compañero de viaje, Nacho Escobar, con quien visito a la mañana siguiente la Galería Sargadelos de la Rúa Nova, donde compramos cerámica y libros.

El Grupo Sargadelos es una experiencia sorprendente de integración entre cultura, economía y empresa. Nace en 1947 con una pequeña fábrica de cerámica en O Castro de Samoedo fundada por el artista y escritor Isaac Díaz Pardo, con la intención de recuperar la tradición ceramista de Sargadelos, famosa dos siglos antes. En 1955 Díaz Pardo viaja a Argentina y colabora en la instalación de otra fábrica similar en Magdalena, cerca de Buenos Aires, y entra en contacto con el nutrido grupo de exiliados gallegos en esas tierras, entre ellos el artista Luis Seone y el periodista y poeta Lorenzo Varela, ambos primeros editores de Cortázar en la revista Correo Literario. En 1963, Díaz Pardo y Seoane —más tarde se incorporaría el arquitecto Andrés F. Albalat— crean en Argentina el Laboratorio de Formas, un instituto teórico de diseño en busca del origen de las formas de Galicia. La fábrica de O Castro y el Laboratorio suscriben un convenio ese mismo año 1963 mediante el que entroncan la actividad económica con el afán de recuperación de la memoria y de la identidad gallega.

A partir de ahí recuperan la tradición ceramista de Sargadelos y crean un complejo industrial en esa localidad (1970); fundan el Museo Carlos Maside (1970), hoy Museo Gallego de Arte Contemporáneo; difunden el modelo de tiendas denominadas Galerías Sargadelos (1972), mezcla de negocio y centros de cultura, donde venden cerámica, libros, y organizan actos culturales; abren el Seminario de Sargadelos (1972), instituto de investigación y de sistemas de comunicación que celebra un encuentro anual de artistas; impulsan el Instituto Galego de Información (1977), desde donde se han editado cinco periódicos y varias revistas; reefundan el Seminario de Estudios Galegos...

Quizás la más significativa creación del Grupo Sargadelos es su sello editorial: Ediciós do Castro, referencia ineludible de recuperación de la memoria histórica de Galicia, con más de mil títulos publicados y dos centenares de ellos sobre historia contemporánea. Hoy Sargadelos no es sólo una empresa con más de doscientos cincuenta empleados, es la principal entidad cultural no institucional de Galicia y un ejemplo, tanto para la gente de la cultura como para la gente de los negocios, de cómo pueden emprenderse proyectos donde ambos afanes no se disocien.
Como no todo iba a ser de rosas, parece que el fundador, Isaac Díaz Pardo, de 86 años, que aún es propietario de una cuarta parte de la empresa, mantiene actualmente un contencioso con el resto de los dueños para evitar que se pierdan los principios fundacionales y que Sargadelos deje de ser el magnífico proyecto cultural que hoy es.
[Cabalos, cerámica de Sargadelos]